
Ganadora del premio Total Look en su desfile de graduación del grado asociado en Diseño de Moda Digital en EDP University, recinto de San Sebastián, Yarelis Guzmán es una de esas creadoras que entiende la moda no solo como vestimenta, sino como un lenguaje que comunica emociones, vivencias y memorias. Su trabajo combina fuerza, autenticidad y propósito, elementos que la convierten en una de las voces emergentes más prometedoras del diseño puertorriqueño.
Los inicios de una pasión
Desde niña, Yarelis vivió la moda muy de cerca. “Mi mamá trabaja en la universidad y solía observar las clases de moda desde afuera, imaginando que algún día sería yo quien estuviera allí creando”. Aquella cercanía sembró en ella la curiosidad que, con los años, se transformó en pasión.
Más allá de un oficio, la diseñadora descubrió en la moda una poderosa forma de comunicación. “Me motivó ver cómo los diseñadores transmiten sentimientos, mensajes e ideas tan poderosas a través de una prenda. Descubrí que la moda no es solo vestir, sino comunicar, y eso me pareció mágico”.
Identidad y estilo
Expresiva por naturaleza, Guzmán refleja su carácter en cada pieza. “Me gusta que cada diseño tenga fuerza, carácter y una historia. Mi propósito es que quien use mis creaciones se sienta único y auténtico”.
Su formación formal se consolidó en EDP University, recinto de San Sebastián, donde además de adquirir conocimientos técnicos, encontró mentores e inspiración. “Allí me encontré con personas maravillosas que me guiaron e impulsaron a seguir desarrollando mi identidad como diseñadora”.
El proceso creativo
Cada colección de Yarelis nace de un lugar íntimo. “La mayoría están inspiradas en mis propias vivencias y en las personas que me rodean. Cada emoción, situación o recuerdo puede convertirse en una pieza. Me gusta diseñar desde el alma”.
Para elegir materiales, Guzmán parte de la intención: “Si deseo proyectar elegancia, busco texturas fluidas; si quiero comodidad, telas suaves y ligeras; si necesito estructura, opto por textiles con firmeza y cuerpo”.
El compromiso con la sostenibilidad también marca su proceso. “Me esfuerzo por reutilizar materiales, reducir desperdicios y dar un valor duradero a cada prenda. Como diseñadores emergentes tenemos la responsabilidad de crear consciencia desde nuestros talleres”.
Marca personal y desafíos
La diferencia de su propuesta se resume en autenticidad. “Cada diseño tiene un mensaje, una historia detrás. No produzco por producir, sino para conectar”. Y aunque sus metas son ambiciosas, su visión se mantiene enraizada. “Aunque sueño con llegar lejos, siempre llevaré mis raíces y recordaré mis inicios, como un llavero que me acompaña a donde vaya”.
La moda y su presente
En cuanto a tendencias, su postura es clara: “Son interesantes, pero no deben dictar todo lo que hacemos. La moda debe ser una herramienta para expresarnos, no una cárcel que limite la creatividad”.
Las redes sociales, en cambio, son para ella un aliado indispensable. “Me han permitido mostrar mi trabajo, construir comunidad y recibir retroalimentación. Son una herramienta poderosa si se usan con buena intención”.
Proyectos y sueños
Con la mirada puesta en el futuro, Guzmán confiesa: “Me encantaría presentar en una pasarela internacional, colaborar con una marca que comparta mis valores y tener mi propio taller completo, donde pueda crear sin límites”.
Su musa soñada es Zendaya: “Admiro su autenticidad, su versatilidad y cómo lleva la moda con elegancia y actitud. Sería perfecta para una colección que combine fuerza y sensibilidad”.
Su consejo para las nuevas generaciones resume la filosofía que la guía:
“No se rindan. Habrá tropiezos y dudas, pero este mundo está lleno de oportunidades si trabajas con pasión. Cada error es aprendizaje y cada paso cuenta. Cree en tu visión, incluso cuando otros no la entiendan todavía”.

Con una visión clara y un estilo definido, Yarelis Guzmán se perfila como una diseñadora que construye desde la autenticidad, la emoción y la conciencia. Una creadora que entiende que la moda, más que tendencia, es un reflejo del alma.



