Rose quartz & serenity: color del año 2016
Hoy Pantone anunció que, por primera vez, el color para 2016 es en verdad, una fusión de dos tonos: rose quartz y serenity:
Laurie Pressman, Vice Presidente del Pantone Color Institute explicó a través de un webinar no sólo los motivos de la elección sino cómo ambos tonos se vienen observando en distintas manifestaciones en el último tiempo.
Con esta combinación se apela por un lado a los sentimientos que evocan estos tonos, en un mundo cada vez más agitado e incluso convulsionado, buscando generar la percepción de compasión y compostura, equilibrio, tranquilidad, comfort, calma y relax, aún en momentos turbulentos.
Se busca una experiencia sensorial para conectarnos con nosotros mismos y con los demás y en este sentido, la elección de estos tonos tenues, ayuda a que podamos relajarnos, lograr tranquilidad y paz a nivel físico y mental.
Esto no quiere decir que la conjunción de estos matices de rosa y celeste sean aburridos o monótonos porque también pueden tener un aspecto lúdico, como se observa en algunas publicidades.
La fusión también apunta a otro fenómeno cultural que se viene dando que es la idea de una moda que trascienda el concepto de géneros. Ya no asociamos al rosa con un género específico e incluso, Pressman agrega que somos testigos de la feminización de la indumentaria masculina. En este sentido, debe entenderse la idea de que se borre como barrera de género la idea de celeste o rosa para hombres o mujeres. No se trata de vestir a los hombres de modo femenino y viceversa, sino de entender que el color no define al género como lo ha hecho en otros momentos.
Con este tema podemos ver el impacto que tiene el color a lo largo de la historia, con la introducción de rosa y celeste a mediados del siglo XIX (anteriormente, se usaban tonos neutros para bebés hasta los seis años de edad) cuando se asociaba el rosa con varones y el celeste con niñas porque, comparativamente, el rosa era más intenso y el celeste más apagado, con lo que el hombre, por ser considerado más fuerte, usaba el tono más estridente, y la mujer, el más frágil. Luego, el rosa se fue atenuando y el celeste fue haciéndose más intenso, llegando al azul, por lo que la asociación varió: los varones usaron celeste y las mujeres rosa (varió el matiz pero no el fundamento de la elección y de la asignación del color según la percepción de cada género).
Con la Segunda Guerra Mundial, los colores específicamente se identifican con cada género y tenemos el boom del rosa como símbolo femenino y color de la década en los ’50, junto al concepto de “Think pink”.