Las pequeñinas ya no quieres ser niñas, quieren ser princesas. Y cada cumpleaños , boda o evento es una oportunidad para hacer este sueño realidad.
Cuando nacen, les regalan coronas, vestidos y unicornios. Entonces, ¿quién las podría culpar por querer concretizar la idea?
Desde luego, con la idea de ser convertidas en princesas dignas de la realeza, todo la idea del cumpleaños cambia. El payaso bailarín se convierte en una lagartija convertida en chofer del carruaje. Las invitaciones tradiciones se quedaron con la cenicienta malvada, en el pasado.
En el carruaje real llegaron las ‘’invitaciones artesanales, tarjetas de agradecimiento y toda la papelería necesaria para decorar [la] fiesta’’.
Cada persona tiene un motivo distinto y para que la princesa puedan llegar al salón del Rey, muchos son los ingredientes que tiene que costear mamà y papá.
Sin embargo, en todo lo cuento de hadas, siempre existe la hada madrina, que en secreto le llamamos coordinadores.
Gina Guevara, presidenta de Events Connection Inc, explicó que la coordinación se vuelve real cuando’’como equipo, simplificamos el proceso de traducir y transformar los sueños e ideas de una persona en un evento único, delicado y elegante que mejor represente las ideas del cliente’’.
Guevara entiende que los coordinadores tienen el compromiso de que ‘’el cliente se sienta con la menos carga posible durante la planificación y, si así lo desea, ¡llegue como cualquier otro invitado a disfrutar de la fiesta!’
La fase creativa es la etapa más divertida de la planificación, aunque también la más dura: el estrés, la inexperiencia. Es duro ‘’transformar toda esa lista de palabras […] y volverla un elemento físico decorativo para crear una ambientación temática o clásica, o elegante’’, culminó la presidenta de Events Connection Inc.
Por Perla Del Mar Rodríguez Fernández