Pues les cuento que conozco muy bien el tema porque así fue mi noviazgo con mi actual esposo, a larga distancia. Nos conocimos en la universidad y éramos amigos, nos gustábamos pero nunca fuimos “pareja”. Él se fue a estudiar fuera de Puerto Rico y nos escribíamos y nos llamábamos de vez en cuando. Para hacerles el cuento corto, un buen día estamos hablando por teléfono y menciona que alguien le pregunto si él tenía novia. Yo le pregunté y ¿Qué le dijiste? Y él me responde “pues, que le voy a decir… ¡que tú eres mi novia! Imagínense, en ese momento me enteré que tenía novio. jajaja
Fueron muchos años a larga distancia, cientos de cartas, postales, llamadas telefónicas de madrugada y muy pocas visitas.
No tienen idea de todas las cosas que me decían. Mi familia pensaba que era un novio “imaginario”, que estaba perdiendo mi tiempo. Que yo no sabía lo que él estaba haciendo por allá, etc., etc.
Pues bien, precisamente ese es el secreto, no saber lo que estaba haciendo. Ni pensar en ello. Hay que ser realista, mi esposo es un tipo “good looking” y simpatiquito. Yo sabía que él no estaba rezando el rosario encerrado en su apartamento. Así que no me mortificaba pensando en lo que hacía o dejaba de hacer. Eso sí, me daba mucha alegría que me llamara un viernes o un sábado tardísimo en la noche y habláramos por horas (eso significaba que no se había ido de “party”, y para ese tiempo no había celulares). Y pues, confiaba, confiaba en su buen juicio.
Hoy día veo parejas de novios que se separan por estudios, trabajo o se van al ejército y me identifico mucho con ellos. Eso sí, en estos tiempos la tecnología ayuda grandemente, se hablan y se ven por Skype y otras plataformas donde se pueden ver mientras se hablan. Yo realmente los animo a que continúen con sus relaciones, que se repitan lo mucho que se aman, que hagan planes que los motive a estar juntos y que se respeten sobre todas las cosas. Total, la persona que va a ser infiel lo será aunque viva a tu lado.
Y como este mundo da muchas vueltas, por cosas del destino después de casi 26 años de casados mi esposo ha tenido que volver a pasar largos periodos de tiempo en el extranjero por cosas de trabajo. Ahora usamos toda la tecnología disponible para comunicarnos a diario cuando esta de viaje. Pero, igual que antes, sencillamente no pienso en lo que hace o deja de hacer. Aunque ahora sí espero que este rezando el rosario. ¡jajaja!
